La imagen precedente muestra un típico caso de humedad por capilaridad. Esta patología se produce cuando los elementos verticales, como muros y tabiques, están en contacto con el terreno sin las debidas medidas aislantes.
Al ser estos elementos “porosos” en mayor o en menor grado, se produce en ellos el llamado “efecto esponja”; que no es más que la ascensión del agua por estos poros del material debido a la “capilaridad” del elemento y la tendencia del agua a ocupar todos los vacíos que se encuentra.
Veamos esta otra foto:
En esta imagen podemos apreciar una mancha de humedad debido a una filtración. Las filtraciones pueden proceder de agua exterior (lluvia) o agua canalizada.
En el primer caso suele ser un problema de impermeabilización o rotura de algún material de cubrición (cubiertas y azoteas o terrazas).
En el segundo caso, alguna de las instalaciones del edificio no está funcionando correctamente, tiene pérdidas o directamente, se ha roto. Esto puede pasar con cualquier conducción de agua: fontanería, saneamiento, pluviales…
Veamos ahora esta otra foto:
De lejos las humedades más habituales. Son las llamadas humedades por condensación. En la foto apreciamos una gran mancha negra. Si mirásemos estas manchas al microscopio veríamos unos hongos que viven ahí muy a gusto debido al agua que “encharca” los poros del material.
Esta agua proviene del aire de la vivienda que, cargado de humedad, se enfría de repente sobre estas superficies debido a que están bastante más frías de lo que deberían.
Los motivos para que esto suceda tienen relación con la ventilación de la vivienda y los puentes térmicos que la misma pueda padecer, normalemente alrededor de las ventanas y en los cantos de forjado.
Como vemos, no todas las humedades aparecen por el mismo motivo y, por lo tanto, tendrán diferentes tratamientos. Identificarlas correctamente es el primer paso para aplicar una solución duradera.
Una solución técnica.